Era de esperarse, un día mas de pena que no poda evitar, teníamos que vernos antes de tu viaje, y tenia que decirte algo mas que no sabias, tenia pocas horas para hacerlo y te llamaba y llamaba y no ocurría nada que ayudara a hacer posible nuestro encuentro.
Miraba el reloj y pasaron 5 min, mientras tirado en el sillón esperaba si ese celular sonaba, rayos que ofuscación mas grande, pasaron otros 5 minutos y el dolor de estomago era mas intenso, tenia que llegar pronto la hora pero no sabia cuando, y listo paso, hablamos y la angustia se multiplico, los nervios se hicieron notar y las manos se sentían pesadas.
-Apúrate tengo poco tiempo-, me dice, - Bueno es que sabes. . . . .. - luego de media hora el temor se confirma, una extraña felicidad dentro de la pena se siente, es el alivio entre la angustia y el dolor, ese instante donde resumes todo lo dicho y lo que falto por decir.
Ya es hora de caminar, esperando que se haga de noche para que esconderme en algún rincón de la ciudad y así mi presencia no moleste a nadie, poder hacer de las mías estando sólo, poder llorar con lagrimas mudas y esperar que me ayuden a olvidar.
Te vas.
. Te fuiste.
. No quiero que pase.
. Pero lo lograste.
. Que el cariño sea eterno.
. Te quiero.
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